Un día en Santorini

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Este viaje a Grecia fue totalmente improvisado. Nos pasó que tuvimos que anular un viaje y no pudimos recuperar el dinero de todos los vuelos. Teníamos un vuelo de Atenas a Barcelona que nos hacía de escala de uno más largo que tuvimos que cancelar. Pudimos recuperar todo excepto este último.

Había dos opciones: dejar perder el vuelo o montarnos una escapada a Grecia cogiendo un vuelo de ida. Como no hay mal que por bien no venga, optamos por la segunda opción.

Fue una escapa muy corta de tan solo 4 días pero, aprovechando la ocasión, nos apetecía conocer alguna de las preciosas islas de Grecia además de Atenas. Así que, contando con tan poco tiempo nos decidimos por Santorini.

En los meses de verano, hay vuelos directos desde Barcelona a Santorini. Vale la pena decir que el vuelo que encontramos solo estaba disponible en horario nocturno, llegando de madrugada a la isla. 

Si llegáis a Santorini con este mismo vuelo nocturno, tenéis que contar que aterrizaréis hacia las 3 de la madrugada hora de allí. Una vez en el aeropuerto las oficinas de los coches de alquiler están abiertas solo para recibir a los pasajeros de este vuelo y ofrecerles el alquiler de un coche tanto si lo habéis reservado con anterioridad como si no.

No contéis con poder quedaros en el aeropuerto hasta la mañana porque no hay asientos en la sala de llegadas y es verdaderamente pequeño. (Estaba en obras)

No hay muchos alojamientos en la isla que te reciban a estas horas de la madrugada. Para la primera noche, un par de días antes, encontramos uno que nos fue de maravilla. Era el Hotel Perissa, un hotel sencillo que nos supo a gloria para poder descansar unas 6/7 horas antes de empezar a conocer la isla. Freddy, el propietario, nos facilitó su móvil para llamarlo y despertarse para darnos la llave. Nos recibió con unas botellas frescas de agua de regalo.

Por la mañana ya estábamos dispuestos a recorrer la isla con el coche de alquiler. Conducir por las carreteras de la isla es fácil aunque no vimos casi señalizaciones. Te encuentras muchas motos y quads de alquiler, aunque para nosotros que viajamos 5 era más práctico alquilar el coche.

Como para la segunda noche quisimos dormir en uno de los conocidos alojamientos cueva, lo primero que hicimos fue ir hasta él, esta vez en el mismo Oía. Queríamos pasar una noche en estas casas cuevas típicas de la isla y encontramos una perfecta: Cleo’s Dream Villa.

Decorada con mucho gusto, un jacuzzi en la terraza y unas vistas preciosas a la Caldera de Santorini.

Se encuentra en una situación ideal para pasear por la calle principal del pueblo, a tan solo 3 minutos a pie, y al mismo tiempo muy tranquilo puesto que no es habitual que los turistas bajen por las calles donde se encuentra el alojamiento, a menos que no estén en una de ellas.

Además de sus casas blancas y algunos edificios con las copas azules, lo más conocido de Oía son sus puestas de sol. Para ver, la que dicen ser una de las más bonitas puestas de sol del mundo, hay que dirigirse al antiguo castillo y sus alrededores. Cierto es que se junta mucha gente para ver este momento pero si no se es muy exigente, siempre hay un rincón donde poder disfrutar del momento.

También visitamos la Playa Roja conocida así por el color de las paredes de piedra y de la arena. Para llegar hasta ella hay que andar unos 15 minutos por un camino escarpado, así que mejor llevar un buen calzado.

Muy cerca de aquí se encuentra el faro de Akrotiri. No se puede entrar en el edificio pero desde allí se tiene otro punto de vista de la Caldera de Santorini viendo enfrente Oía y los otros pueblos como Fira, Firostefani e Imerovigli.

Como solo disponíamos de un día, y preferíamos tomarnos nuestro tiempo y no correr para verlo todo, no visitamos otros pueblos, aunque si se apura un poco más tenéis tiempo de visitar al menos uno o dos. Nosotros aprovechamos para pasear por Oía.

Al día siguiente cogíamos un vuelo hacia Atenas, nuestra segunda parada. En menos de una hora llegáis a la capital de Grecia. También podéis hacerlo en barco aunque tarda, cogiendo el más rápido, unas 5 horas.

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