Ruta por pueblos bonitos en Aveyron – Francia

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Una ruta en coche por la región del Aveyron en Francia, nos ha llevado a descubrir una zona llena de contrastes naturales, con mucha historia, respeto por el entorno y por sus tradiciones.

Un viaje donde cada paseo por los pueblecitos nos ha hecho sentir como estar en un cuento.

Nos hemos enamorado de los pueblos que pudimos visitar en Aveyron. También de sus numerosos castillos, de la historia Templaria que tienen y por formar parte del Camino de Santiago por su paso por Francia.

En este pequeño vídeo resumen también podéis ver las distintas localidades que visitamos.

La Couvertoirade

Es un precioso pueblo fortificado que os hará sentir como en el medievo con un patrimonio arquitectónico excepcional construido por los Templarios. Todos los edificios guardan sus construcciones originales por lo que parece que hayamos retrocedido varios siglos. Podéis pasear por su entramado de callejuelas, visitar la iglesia, el castillo templario del siglo XII además de ver cada una de las demostraciones de artesanía.

Bozouls

Un lugar muy particular por su forma geológica. Es un cañón de 400 m de diámetro y 100 m de profundidad conocido como el “Trou de Bozouls”, un circo natural en forma de herradura de caballo por donde discurre el río Droudou. En la parte central se encuentra la iglesia y en el lado opuesto, justo en las paredes de piedra están las casas. Aquí es donde nos alojamos durante la estancia en esta región, en una casa del siglo XIX, restaurada y con unas vistas preciosas: “La Maison du Traouc”.

Espalion

Destaca en esta población el Castillo de los señores de Calmont, sus dos puentes, las casas colgando por encima del río y por la estatua del submarinista con escafandra. La curiosidad es que fue en esta población que los señores Rouquayrol y Denayrouze inventaron la escafandra, que luego inspiró a Julio verne para escribir su novela “20.000 leguas de viaje submarino”. Encontraréis también el “Museo de la Escafandra”.

Estaing

En el centro de esta población se alza su imponente castillo clasificado monumento histórico en 1945. Paseando por sus calles se pueden apreciar fachadas que van des del siglo XVI hasta XVIII así como su iglesia con una gran escalinata. Estaing es lugar de parada y fonda para los peregrinos del Camino de Santiago que pasa por Francia.

Conques

Según cuentan, Conques fue la inspiración para realizar el escenario de la película de «La Bella y la Bestia» de Disney. La verdad es que este pequeño lugar es una preciosidad. Sus calles están adoquinadas, sus casas con estructura de madera, la románica abadía, todo es bonito. Sin duda una visita imprescindible.

Belcastel

Esta pequeña localidad forma parte de los pueblos más bonitos de Francia. Una fortaleza, en lo alto de la escarpada roca por encima de las casas del pueblo, que fue restaurada a partir del 1974 animando así a que las demás edificaciones también fueran renovadas. Ahora es un pequeño pueblo donde se puede disfrutar de exposiciones, de visitas a artesanos, de su puente medieval así como de la iglesia. Cuentan con gran espacio verde donde poder comer al aire libre.

Najac

Una única calle transcurre desde la entrada del pueblo hasta llegar a lo alto del Castillo Real de Najac construido a mediados del Siglo XIII. La gran plaza, sus casas y su distribución hacen de esta población un lugar entrañable y que podemos visitar dando un bonito paseo.

Pero no son solo los pueblos que nos han fascinado, también sus paisajes y tierras tan trabajadas que vamos viendo a medida que avanzamos por sus carreteras secundarias, de las que hemos recorrido muchos tramos y nos han hecho disfrutar del entorno natural y los prados.

De verdes prados pasamos a ver el rojo de los pequeños cañones de “Le Rougier de Camarès”, con esta tierra rojiza que nos recuerda, a pequeña escala, al Cañon del Colorado. Un lugar un tanto insólito donde también pastan las cabras que dan la leche para la elaboración del conocido queso Roquefort que madura en las cuevas de la peña donde se encuentra el pueblo Roquefort-sur-Soulzon. Allí nos adentramos para realizar la visita y ver los locales donde se producen los quesos.

Una visita imprescindible es también la infraestructura de arquitectura moderna más conocida de la región: el viaducto de Millau. A pesar de haberlo visto en muchas fotos, verlo en directo es impresionante.

Nos hemos traído para casa algunos dulces locales: un delicioso brioche con un agujero en el centro llamado “Fouace” muy típico del lugar, un pan de especias dulce que es una delicia y un pastel llamado “Gâteau à la Broche” sin conservantes que tiene forma de pirámide. Todo delicioso.

Con esta escapada podemos completar una primera ruta que hicimos para visitar 7 pueblos con encanto en el Sur de Francia, cerca de Toulouse.

 

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